La fuente de toda creación es la conciencia pura... la potencialidad pura que busca expresarse para pasar de lo inmanifiesto a lo manifiesto.
Y cuando nos damos cuenta de que nuestro verdadero yo es la potencialidad pura, nos alineamos con el poder que lo expresa todo en el universo.
Consiste en aplicar ‘la potencialidad pura’ en la vida cotidiana.- En nuestro estado esencial somos conciencia pura, es decir: potencialidad pura. Los atributos de la conciencia son el conocimiento, el silencio infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la dicha y la simpleza.
Todo está en nuestra naturaleza en un sentido profundo.
Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quién somos realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos nuestros sueños, porque somos la posibilidad eterna, el potencial inconmensurable de todo lo que fue, es y será. La ley de la potencialidad pura también podría denominarse ley de la unidad, porque sustentando la infinita diversidad de la vida está la unidad de un solo espíritu omnipresente. No existe separación entre nosotros y ese campo de energía. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio yo. Y cuanto más desarrollemos nuestra propia naturaleza, más cerca estaremos de ese campo de potencialidad pura.
CÓMO APLICAR LA LEY DE LA POTENCIALIDAD PURA
Pondré a funcionar la ley de la. potencialidad pura comprometiéndome a hacer lo siguiente:
- Me pondré en contacto con el campo de la potencialidad pura destinando tiempo todos los días a estar en silencio, limitándome sólo a ser. También me sentaré solo a meditar en silencio por lo menos dos veces al día, aproximadamente durante treinta minutos por la mañana y treinta por la noche.
- Destinaré tiempo todos los días a estar en comunión con la naturaleza y ser testigo silencioso de la inteligencia que reside en cada cosa viviente. Me sentaré en silencio a observar una puesta del sol, o a escuchar el ruido del océano o de un río, o sencillamente a oler el aroma de una flor. En el éxtasis de mi propio silencio, y estando en comunión con la naturaleza, disfrutaré el palpitar milenario de la vida, el campo de la potencialidad pura y la creatividad infinita.
- Practicaré el hábito de no juzgar. Comenzaré cada día diciéndome: "Hoy no juzgaré nada de lo que suceda", y durante todo el día me repetiré que no debo juzgar.
Mediante estas tres prácticas diarias y habituales la potencialidad en nosotros surgirá por encima del Yo social y del ego que mueve nuestros pasos y nos alinearemos con el mundo de la energía, ese caldo inmaterial que constituye la fuente del mundo material y que está siempre en movimiento.
"Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quién somos realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos nuestros sueños"
¡Sé Libre!
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