martes, 30 de julio de 2013

L4 - LA LEY DEL MENOR ESFUERZO

La inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad... con despreocupación, con armonía y con amor.
Y cuando aprovechamos las fuerzas de la armonía, la alegría y el amor, creamos éxito y buena fortuna con gran facilidad.



Esta ley se basa en el hecho de que la inteligencia de la naturaleza funciona con toda facilidad y despreocupación. Ése es el principio de la menor acción, de la no resistencia. Por consiguiente, es el principio de la armonía y el amor. Cuando aprendemos esta lección que nos enseña la naturaleza, satisfacemos con facilidad nuestros deseos.

La inteligencia de la naturaleza funciona sin ningún esfuerzo, sin resistencia, en forma espontánea. Es intuitiva, sabia, estimulante. Las flores no hacen ningún esfuerzo para crecer, sencillamente lo hacen. Las aves y los peces no hacen ningún esfuerzo para volar o nadar, simplemente lo hacen. La tierra no necesita ningún esfuerzo para mantener su rumbo en el espacio. 
Si estamos en armonía con la Naturaleza, en este sistema natural de la acción, espontáneamente se dará entonces La Ley del menor esfuerzo.

En la ciencia védica, la filosofía milenaria de la India, este principio se conoce como economía de esfuerzo, o "hacer menos para lograr más". Al final, llegamos al estado en que sin hacer nada lo realizamos todo. Esto significa que una ligera idea puede convertirse en realidad sin esfuerzo alguno. Lo que conocemos normalmente como "milagros" son en realidad manifestaciones de la ley del menor esfuerzo.


CÓMO APLICAR LA LEY DEL MENOR ESFUERZO
Pondré a funcionar la ley del menor esfuerzo comprometiéndome a hacer lo siguiente:
  1. Practicaré la aceptación. Hoy aceptaré a las personas, las situaciones, las circunstancias y los sucesos tal  como se presenten. Sabré que este momento es como debe ser, porque todo el universo es como debe ser. No lucharé contra todo el universo poniéndome en contra del momento presente. Mi aceptación es total y completa. Acepto las cosas como son en este momento, no como me gustaría que fueran.
  2. Habiendo aceptado las cosas como son, aceptaré la responsabilidad de mi situación y de todos los sucesos que percibo como problemas. Sé que asumir la responsabilidad significa no culpar a nada ni a nadie de mi situación (y eso me incluye a mí). También sé que todo problema es una oportunidad disfrazada, y que esta actitud de alerta ante todas las oportunidades me permite transformar este momento en un beneficio mayor.
  3. Hoy mi conciencia mantendrá una actitud no defensiva. Renunciaré a la necesidad de defender mi punto de vista. No sentiré la necesidad de convencer o persuadir a los demás de que acepten mi punto de vista. Permaneceré abierto a todas las opiniones sin aferrarme rígidamente a ninguna de ellas.



"Mantente en armonía con el presente, acepta el momento como es... fluye con el universo... todo llegará cuando sea el momento indicado"


¡Sé Libre!


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